23 de julio de 2009

Cropalati, tradición en el alma

2 comentarios:

  1. Querida Ida,

    Pude apreciar tus cuadros, pero dejo que otros mas capacitados que yo hablen sobre la técnica de los mismos. Yo solo quiero manifestar cuales fueron las sensaciones que produjeron en mi cada uno de ellos.

    Sentí que había regresado a mi infancia. El mismo color ocre de mi pueblo (que por otro lado creo es el mismo de todos los pueblos de Italia).

    Las mujeres con el pañuelo negro en la cabeza, como un eterno luto, tal vez por todos esos hijos, que obligados por la necesidad, falta de trabajo y el terrible fantasma de otra posible guerra, un día partieron, y muchos jamás regresaron.

    La parra, al pié de la escalera, igual que en la casa de mi abuela, en cuya sombra y haciendo un paréntesis entre una cosecha y otra, a la hora de la siesta, ella se sentaba dedicándose a la tarea de remendar las precarias vestimentas de la familia.

    Las callecitas angostas y tortuosas, testigo de los jeugos infantiles, y donde jamás asechaba peligro alguno.

    Y finalmente aquí y allá algunos portones grandes, con sus llamadores en hierro con una cabeza de león o perro (muy diferente del resto de las entradas a las viviendas de los campesinos) y las mujeres del pueblo llevando como obsequio una canastita con huevos frescos o algún salame casero. Iban a esas casas para pedir alguna recomendación por trabajo u otro asunto a tramitar en la ciudad.

    Entré en tus cuadros, y con el corazón rebosante de añoranza, patología ésta inherente a todos los inmigrantes, no pude evitar susurrarle CARA, CARA CALABRIA.

    Gracias Ida, por hacerme volver sin regresar.

    Bettina Pasceri

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  2. ME ALEGRA QUE AL MIRAR MI OBRA PUEDAS VOLVER SIN REGRESAR, SON MUY IMPORTANTES PARA MI TUS PALABRAS, MUCHAS GRACIAS, DE UNA CALABRESA A OTRA.CARIÑOS IDA.

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